lunes, 9 de abril de 2007

SALVIA

El nombre de salvia viene del latín "salvare" que significa "ser salvado", en referencia a los múltiples poderes curativos que se le atribuyen a esta planta tan popular en huertos y monasterios.

Composición y propiedades

Contiene hasta un 2,5% de aceite esencial que concentra thuyona (compuesto tóxico), flavonoides, principios amargos y taninos, lo que le confiere a la salvia sus propiedades antisépticas, antiinflamatorias, emolientes y astringentes.

Indicaciones

Las indicaciones son diversas y en función de la situación se recomienda una u otra forma de presentación, con el fin de aprovechar al máximo sus propiedades.

Espasmos: agua saturada con aceite esencial.

Fiebre: infusión.

Estimulación de la secreción biliar (acción colagoga), aerofagia, flatulencias digestivas: infusión, condimento de diversos platos.

Inflamación de encías, úlceras y llagas bucales, faringitis: enjuagues.

Úlceras y llagas en la piel: compresas.

Cicatrización de heridas: cataplasma.

Inhibe la producción de sudor y saliva (pero también inhibe la secreción láctea, por lo que no la deben consumir las madres lactantes).

Es antiespasmódica y carminativa (reduce los gases intestinales).

Como antiséptica, se recomienda masticar una hoja fresca, para combatir el mal aliento.

Reduce el nivel de glucosa en la sangre.

Ejerce un discreto efecto de regulación del ritmo cardíaco.

Contraindicaciones

Aun no siendo tóxica, no conviene utilizar durante el embarazo ni la lactancia por su acción hormonal.

Igualmente, no se debe administrar en casos de insuficiencia renal o inestabilidad neurovegetaviva. El aceite esencial es neurotóxico debido a la tuyona (especialmente abundante en la variedad francesa).

No confundir con la Salvia romana (Salvia sclarea), una especie cuyo contenido en thuyona la hace potencialmente más peligrosa.

Plantas con las que combina

Para potenciar sus propiedades antisépticas y antiinflamatorias se puede combinar perfectamente con el romero, el tomillo, el eucalipto y la equinácea.

Por sus propiedades emolientes proporciona un agradable sabor a las tisanas combinadas con poleo, menta, melisa, anís, hinojo y manzanilla.

Formas de presentación

Formas de presentación:
- Infusión: La infusión nunca debe de hervirse, se prepara de la siguiente manera: Se pone a hervir la cantidad de agua necesaria en una olla que no sea de aluminio, según las tazas que se vayan a tomar al día. Cuando el agua arranca el hervor, se apaga el fuego. Inmediatamente se echa la dosis de salvia y otras plantas si se va a hacer una infusión combinada, por ejemplo una cucharadita de cada planta por cada taza o vaso. Se remueve bien. Se tapa. Se deja reposar unos minutos, se cuela todo. La infusión que no se consuma, se guarda tapada y a la hora de tomarla se calienta ligeramente sin que llegue nunca a hervir.
- Aceite esencial: Se respetará la dosis aconsejada a diluir ya que contiene un compuesto que puede resultar tóxico. También se puede aplicar externamente en heridas o llagas, previamente diluido.
- Vahos y gargarismos: Se hacen una vez que se ha elaborado una infusión de salvia sóla o combinada con otras plantas.
- Decocción para compresas: de uso externos, en heridas, llagas o úlceras.


Aplicaciones culinarias

La salvia se emplea principalmente para aromatizar platos de carnes y pescados grasos (cerdo, salmón, anguila).

Aplicaciones mágicas

Se dice que proporciona una garantía de larga vida, comiendo un poco cada día, que fomenta la sabiduría y que protege contra el mal de ojo.

Se utilizaba como oráculo amoroso (para visualizar al futuro marido).

Cuentan que sembrar salvia en el propio jardín trae mala suerte y que hay que buscar a un extraño para que haga el trabajo y que nunca hay que plantarla sola, sino compartiendo espacio con otras plantas.

Siembra


A pesar de lo que digan las supersticiones, plantar salvia en el jardín es útil, ya que mantiene alejadas a las orugas.

La salvia crece en terrenos calcáreos y se adapta perfectamente a tierras poco abonadas o poco fértiles como márgenes de sembrados, cunetas y laderas rocosas, generalmente en ambientes secos y soleados.

Recolección

De la salvia se recolectan sus hojas, preferentemente de brotes jóvenes, que se dejan secar a la sombra en lugar bien ventilado, y se pueden conservar en saquitos sellados y guardados en cajas de cartón o bolsas de papael, pero evitando los tarros de cristal o de plástico.

Una vez secas, sus características hojas verdes alargadas, se tornan de un color gris y emanan un intenso aroma alimonado, como de alcanfor.

Bien conservada, mantiene todas sus propiedades durante un año.